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JUVENTUS - REAL MADRID

Gareth Bale apunta a titular y Sergio Ramos sigue en el medio

La Juventus se protege: duda si jugar con dos o tres centrales el partido de esta noche (20:45 tve1). Plaza complicada: la única victoria del Madrid en Turín ya ha cumplido 53 años.

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Gareth Bale apunta a titular y Sergio Ramos sigue en el medio

Son italianos y tienen 118 años de historia. Debería bastar con eso. Pero hay más. La Copa de Europa le debe algo a la Juventus. Después de cinco finales perdidas, dos títulos parecen poca recompensa (1985 y 1996). La última de esas finales sin premio fue la más dolorosa, en 2003, frente al Milán y por penaltis. Carlo Ancelotti era el entrenador rival. Carletto nunca ha dejado de ser el enemigo, ni siquiera cuando dirigió a la Juve entre 1999 y 2001, o especialmente entonces. Sigue el partido en directo.

Enumero compensaciones del talento, factores que podrían igualar una eliminatoria favorable para el Real Madrid. El odio es un buen motor de arranque. La venganza también es un estimulante efectivo. Por no mencionar el orgullo. Hasta Turín habrá llegado la consideración que hacemos de su Vecchia Signora en el análisis global de las semifinales: la Cenicienta.

Así las cosas, la primera recomendación para el Madrid es el respeto. Entre los apuntes tácticos, Ancelotti debería haber intercalado vídeos de Sívori, Bettega, Scirea, Cabrini, Rossi o Platini (presidente de la UEFA, por cierto). Si el actual campeón controla el exceso de confianza, estará mucho más cerca de la final. A falta de motivaciones viscerales, el equipo debe encontrar razones deportivas que le prendan fuego en el ánimo, como en Sevilla. Nadie ha ganado dos Champions seguidas en el actual formato; ningún entrenador ha levantado cuatro Copas de Europa.

Si nos centramos en el once titular, todo indica que Ancelotti volverá a apostar por Sergio Ramos como centrocampista. El experimento funciona (no explota, al menos) a pesar de que el jugador se mueve en escorzo permanente, demasiado tenso, obsesionado con la tarea defensiva y, por momentos, tan ajeno al balón (a su contacto) como el árbitro. Sujeto con tantas bridas, Ramos se queda en la mitad de centrocampista que podría ser. Un gol (un zapatazo lejano o una llegada desde la segunda línea) sería la solución perfecta para liberar de miedos a entrenador y futbolista.

Confirmado el mediocampo, Bale apunta a titular en el ataque, en compañía de Cristiano. Hasta aquí habría llegado Chicharito, de vuelta al mundo de los becarios. Con el galés a punto y Benzema de camino (no viajó finalmente), Javier Hernández necesitará un segundo milagro para recuperar el protagonismo. No se descarta: en este mundo injusto ayuda tener al cielo como aliado.

Blindaje. La Juventus, por su parte, se entretiene en debates más terrenales: Allegri duda si alinear dos o tres centrales. En la ida frente al Mónaco formó con Bonucci y Chiellini; en la vuelta añadió a Barzagli. Sin Pogba, la Juve pierde talento y poder ofensivo (siete goles en Liga), pero gana rigor táctico. Con Pirlo lo tendría todo si fuera posible restarle cinco años. Arriba, Tévez será la referencia goleadora (20), acompañado, quizá, de Fernando Llorente (6). El exmadridista Morata (7) está debilitado por el mismo virus que antes atrapó a Vidal.

Decía Josep Pla que en Italia no se ve por la calle a un solo paseante con cara de tonto. La afirmación se sostiene y se multiplica si hablamos de fútbol. La única victoria del Madrid en Turín (0-1) ha cumplido 53 años. No hay cenicientas en Italia. Recordarlo es el primer requisito antes de empezar a jugar y a soñar.