Tres días para jugar tres horas

Tres días para jugar tres horas

"La capacidad de concentración es una de las facultades más valoradas en el deporte de alta competición. Maurice Greene es el hombre más rápido de la Tierra, pero no lo sería si no fuera capaz de concentrarse como lo hace en los minutos previos a la carrera. Estamos también hartos de ver cómo partidos de baloncesto o de balonmano que parecían ganados, se pierden en el último momento porque los jugadores pierden la atención. Pasa lo mismo en el tenis o en el golf. Como alguien se distraiga con una mosca que pase, ya nada tiene que hacer. El brazo deja de obedecer.

"En Wimbledon estamos asistiendo a una prueba suprema en lo que respecta a la concentración de los jugadores. Todos los partidos se han visto interrumpidos por la lluvia, pero el de Ivanisevic y Henman es de récord. Tres días han sido necesarios para jugar 3.03 horas. Comenzó el viernes y a la 1.58 hora de juego se suspendió por la lluvia. Los jugadores se retiraron a los vestuarios; allí se les hizo de noche. Acordaron continuar al día siguiente. Henman ganaba por 5-7, 7-6, 6-0 y 2-1. El sábado, a las dos del mediodía, ambos estaban dispuestos a proseguir. Pero seguía lloviendo.

"Cinco horas y media tuvieron que esperar a que la lluvia cesara. Ivanisevic ganó el cuarto set y se adelantó en el quinto 3-2. Iban 51 minutos de juego, cuando el cielo se cerró de nuevo y la noche se echó encima otra vez. Ayer regresaron por tercera vez a la pista para jugar 14 minutos más, los que necesitó Ivanisevic para ganar. Nadie tiene la culpa de que en Londres llueva, pero desde luego no ayuda a que los jugadores vean con agrado este torneo. Si a sus normas estrictas añade el clima rebelde, a muy pocos les va a hacer gracia jugar allí, porque lo que menos hacen es eso, jugar.