Europa de punta a punta

Europa de punta a punta

Europa, de punta a punta, viene a ser como Estados Unidos de costa a costa. Unos 5.000 kilómetros en números redondos. Allí han solucionado el problema de las grandes distancias distribuyendo a los equipos en divisiones —Atlántica, Central, Medio Oeste y Pacífico— y cuando Los Ángeles tiene que viajar, por ejemplo, a Nueva York, aprovecha el traslado al este para jugar seguidos varios encuentros en la zona. Aquí, la Euroliga desprecia el desgaste que producen los largos desplazamientos y ha renunciado a agrupar por zonas a los equipos al menos en la primera fase.

Se ha hecho el sorteo de la Euroliga y nos encontramos con que el Unicaja tiene que irse para jugar la primera fase hasta Israel y Turquía, el Barcelona hasta Lituania y Turquía, y el Madrid hasta Rusia. El Tau ha tenido más suerte. aunque uno de sus rivales aún está por designarse, como en el caso de Unicaja, y también puede estar en las Chimbambas. Nadie tiene la culpa de que nos encontramos en el extremo del continente, como tampoco que israelíes, turcos, rusos o lituanos estén en el otro, pero con sentido común se podían evitar viajes tan innecesarios.

Luego que los equipos no se quejen. Esta Euroliga la han hecho a su medida. El resultado no es malo. En todos los grupos hay gallitos y la competencia va a ser dura. Pero para eliminar a los 16 peores no hace falta irse a los confines de Europa. Una liga por zonas geográficas los dejaría fuera igual. Después sí, una vez hecha la criba, que de las confrontaciones directas salgan los cuatro mejores. Pero pasar ahora más tiempo viajando que jugando es absurdo. Aunque algo se ha ganado. Hubo un tiempo en el que los equipos se pasaban dos meses viajando y ninguno quedaba eliminado.