Mendieta ha ido donde menos pensaba

Mendieta ha ido donde menos pensaba

No se le ve buena cara a Mendieta. Me temo que ha ido donde menos quería. Su interés era pasar del Valencia al Madrid, pero una mala conducción del asunto ha acabado dando con sus huesos en el calcio, esa perversa máquina de triturar talentos que aún deslumbra a unos pocos, pero de la que la mayoría huyen. Es difícil jugar bien allí, y mucho más difícil ser feliz. Muchos se dan cuenta a tiempo, se escapan y redescubren las delicias del fútbol en otros países, entre ellos el nuestro. Pero la llamada del dinero sigue ofuscando cada verano a unos cuantos.

De allí han rebotado, que recuerde a vuelapluma, desde Laudrup a Zidane, pasando por Kluivert, Bergkamp, Kanu, Roberto Carlos y unos cuantos más, entre los que hay incluso bastantes italianos que, con Zola como más significativo, prefirieron el viejo y querido fútbol inglés al vendaval de patadas que ahora es el calcio. Aquello sólo es biotopo para gentes como Simeone o Davids (que encima se ve ahora apartado pro la nandrolona). Gentes como el feísimo Gattuso. Gente de pelea, de rompe y rasga, de pierna dura, presión, presión, presión y más presión.

En eso ha devenido el calcio por un progresivo deterioro del gusto por el balón bien jugado, suplantado por el tacticismo, la lucha y la oposición al rival. El talento vive allí a contraestilo. Todo son máquinas de preparación física de última generación (una de ellas se está llevando por delante a Redondo), medicina de última generación (ya saben lo que eso significa) y persecución implacable del rival. Allí ha ido a caer Mendieta, que cambia nuestra Liga y su Valencia por ese museo de los horrores. Calculó mal el tiro y falló. Y por eso se le ve tan mala cara en las fotos.