Porca miseria

Porca miseria

Cuando el tal Adriano destrozó el corazón de la portería defendida por Iker Casillas con un obús que hubiese firmado el cannionere Robertos Carlos, el Bernabéu se quedó helado, se cortó la respiración de cerca de 70.000 voluntades destrozadas por el infortunio y empezó a correr como la pólvora un rumor que encierra multitud de mensajes. ¿Le bastará al Madrid con el fichaje de Zidane para hacer frente con garantías al emblemático año del Centenario? ¿Acaso no quedó claro de nuevo que el Madrid carece de un poder ofensivo solvente y que es preciso fichar a un 9? ¿Hierro está para aguantar toda la temporada llegando tarde al cruce y desafiando los límites del reglamento con faltas absurdas que provocan los goles de la derrota?

El Madrid no jugó mal al fútbol, tocó bien la pelota y tuvo minutos atractivos a pesar de las ausencias de Zidane, Figo y Roberto Carlos. Pero en la planta noble del fútbol europeo es preciso tener auténticos killers (como es Christian Vieri) y gente joven capaz de romper un partido con la irreverencia con la que ayer se apoderó del Trofeo Santiago Bernabéu el tal Adriano. Un brasileño imberbe que pegó a la bola como si fuese el momento más estelar de su vida. Se acabaron las pruebas y el Madrid no cuaja. Sin Zidane, con Zidane, con Figo, sin Figo... No marca goles y no divierte. Que fiche al tal Adriano.