Del Bosque se mueve en el alambre

Del Bosque se mueve en el alambre

Es curioso: todos echando el año pasado en falta un segundo nueve en el Madrid, encima se lesionó Morientes y Del Bosque salvó la temporada sin nueve. Y ahora parece decidido a un ejercicio arriesgado. Sigue sin más que un nueve, Morientes, afortunadamente sano, y no lo pone. Sitúa a Raúl arriba en solitario, con Zidane detrás. Es un modelo que a nadie gusta. A costa de meter a Zidane, se pierde a Raúl, condenado a la soledad. Y el mismo Zidane parece desperdiciado: es un excelente conductor de juego, pero apenas tiene hacia dónde conducirlo.

Para mí, la diferencia es que la combinación Guti-Raúl, que fue la fórmula salvadora del año pasado, es muy distinta de la combinación Zidane-Raúl. Los dos madrileños son en realidad lo que los argentinos llaman un nueve y medio. Tienen un poco de mediapunta y un poco de delantero. Los dos marcan goles. Los dos hicieron de la necesidad virtud, aprendieron a balancear, a relevarse, y sus entradas y salidas desconcertaban en la defensa. La pareja, surgida de la necesidad, funcionó. Uno de esos milagros ecológicos que se dan en el fútbol.

Pero Zidane no es un nueve y medio, ni nada que se le parezca. Así que la fórmula de cambiar simplemente a Guti por Zidane empeora el equipo, y condena a Raúl a jugar aislado, así que el juego de ataque se empobrece. Del Bosque trata de salvar el dibujo del año pasado, pero sólo valen los dibujos que permiten a cada jugador expresar lo mejor de sí mismo. Y con éste, ni Zidane ni Raúl pueden ofrecer sus máximos. Quizá Del Bosque está esperando que ocurra algo que los demás no adivinamos, pero creo que se está moviendo en el alambre.