La naranja de Advocaat ha madurado

La naranja de Advocaat ha madurado

La naranja ha madurado. Sólo necesitaba luz, aire y tiempo, qué otra cosa podía necesitar una oranje trufada de talento. Lo que empezó siendo un bocado amargo se ha convertido, con el paso de la Eurocopa, en fruto carnoso y dulce, como aquel que estalla al ser mordido por Leonor Watling en la mediterranísima Son de mar. Advocaat regó el huerto cuando más falta hacía, tras la derrota con Chequia (3-2). Nedved y cía airearon las vergüenzas de una Holanda que últimamente tenía miedo a jugar, que traicionaba la grandeza nacida en los felices setenta, cuando los niños llenaban los parques de medio mundo de un naranja chillón. Advocaat apostó por exprimir la clase de su plantel. Liberó a sus extremos, les animó a mirar hacia adelante en vez de hacia atrás, y éstos dieron aire a una naranja podrida de tanta pizarra.

Robben (que marcó el penalti que dio el pase a semifinales) ha confirmado en la Eurocopa lo feliz que hará a Abramovich y Van der Meyde dista mucho del jugador gris del oscuro Inter. Ayer incluso intercambiaron las bandas para despistar a la defensa sueca. Pero no encontraron a Van Nistelrooy. Ni a Makaay. Menos aún a Kluivert, que ha viajado a Portugal a por toallas. Afortunadamente, la madera (en dos trallazos ya en la prórroga de Larsson y Ljungberg) y los penaltis permitieron que la naranja siga madurando. Portugal será la próxima que intente hincarle el diente.