Lissavetzky ataca al paraíso del doping

Lissavetzky ataca al paraíso del doping

El mismo día en que Lissavetzky insistía en la creación de una Agencia Española Antidopaje, David Millar confesaba en LEquipe que la EPO se la recetaba Jesús Losa, médico español (el mismo médico que no ha podido acompañar al Euskaltel en este Tour, lo que ya da qué pensar sobre el papelón del equipo vasco en la carrera) por lo que acudía a su clínica de Valladolid. Habrá que demostrarlo, dice desafiante Jesús Losa. Lo mismo que dice Walter Virú sobre el caso Manzano, lo mismo que dicen Sanmamed, presidente del piragüismo y su médico sobre las denuncias de los piragüistas. Habrá que demostrarlo, claro que sí.

Para demostrar todo eso es para lo que se creará esta Agencia Española Antidopaje. Para eso y para que la lucha antidoping deje de ser en España lo que Pacheco dijo de la justicia: un cachondeo. Cualquiera que ande en el mundo del deporte sabe que por ahí fuera nos ven como territorio liberado para el doping. Aquí vino Muehlegg a acogerse, aquí sigue jugando Gurpegui, aquí fue posible el caso Manzano, aquí vienen Millar y otros más a por su gasolina súper, aquí todo un presidente de federación está en solfa, acusado por sus propios deportistas de instarles a doparse porque todos lo hacen y no hay que ser quijotes.

Eso de que todos lo hacen y no hay que ser quijotes está tan extendido que ha llegado a crear una complicidad en las autoridades. El primer gran berrinche de Lissavetzky ha sido la traición colectiva que ha sufrido en el organismo que preside, en el que le pasaron a la firma como un asunto menor la desestimación de la denuncia de los piragüistas, cuestión sobre la que nadie le habló, ni en el traspaso de poderes ni luego. Tengo para mí que en el complot hay más gente de la que él piensa, y que algunos le tocan muy cerca. Por eso hace muy bien en buscar una persona nueva y ajena a todo ese corrompido mundillo para dirigir la agencia.