A los madridistas de bien (el 99,9%) les aterrorizará (¿gafe yo?) que diga esto: "Es el proyecto definitivo. El equipo de Maljkovic me recuerda al que en los felices 90 conquistó una Copa de Europa en Zaragoza y una Recopa en Nicosia. Bullock, Sonko, Reyes o Gelabale son fichajes de relumbrón. Este equipo acabará con la monótona y tediosa hegemonía del Barça de Bodiroga...". En los últimos tres años repetí una cantinela similar y así nos fue. Pero esta vez he tardado mucho en salir a la palestra porque el ventajismo tiene castigo. No es el caso. Este Bozamadrid viene enamorando desde hace dos meses. Defiende, ataca, imagina, inventa, seduce, ilusiona y sienta cátedra. Tras varios años de ignominia, crisis permanente y deterioro de prestigio, el Madrid regresa a los ruedos (Vistalegre, coso ilustre de mi Carabanchel del alma) para alzar la voz con orgullo.

No encuentro mejor ocupación para este domingo soleado de noviembre que acercarse por esta plaza ilustre del barrio más progre de Madrid. Donde antes había descampados con jeringuillas ahora hay imponentes avenidas ajardinadas con lagos impactantes, por lo que el choque de líderes entre los invencibles Madrid de Bullock y el Etosa de los Lewis aventura espectáculo de máxima magnitud. Alicante, Costa Blanca, tiene a un visionario llamado Luis Castillo (presidente del Etosa) que ha fabricado un sueño. El Madrid querrá despertarle a su manera. Aplastándole.