Se habló durante de la semana del cansancio y de las lesiones. El Barça habló en la primera parte durante sólo 30 minutos. Allí, o mejor dicho, en el vestuario, dejó el cansancio. El primer gol fue de Márquez. El mexicano que llevaba intentándolo semana tras semana, por fin encontró su recompensa. Es el jugador del Barça que hace las cosas más simples. Y a veces en el fútbol, lo simple no es siempre lo más fácil. Márquez fue nombrado en la inauguración de la feria internacional del libro de Guadalajara (México), que este año está dedicada a Cataluña: García Márquez lo diría luego: "Es de la familia". Y Pascual Maragall: "Era el mejor día para que marcara Márquez".

El gol de Deco fue otro homenaje que se dio el Barça de este año. Ronaldinho, de tacón, y Xavi, sin mirar. Y Deco. Siempre atacando y defendiendo. Siempre hace algo. Lo de la segunda parte también fue un homenaje. Pero al despropósito. El Barça perdió el balón en el primer minuto y no lo volvió a encontrar. El Getafe estuvo a punto de empatar gracias a los regalos de Puyol. Sí, de Puyol. Pareció contagiado de los errores de Oleguer. El otro homenaje se lo dio a sí mismo Víctor Valdés. Mala señal que el portero sea el mejor. Se volverá a hablar de cansancio. Habrá que hacerle algún día un homenaje de cansancio.