El Madrid no debería dudar

A Edu, ahora que se le acaba el contrato, le apetece venirse a España. Entrenó en Barcelona con la selección brasileña este verano y se imaginó a su mujer Paola y a su bebé paseando por el puerto olímpico o, puestos a elegir, por La Castellana. Se dice que lo tiene cerrado con el Valencia y él no niega su interés por el conjunto ché, pero no ha tomado todavía ninguna decisión. O sí, una: que deja atrás Londres, que necesita el aire español, la luz. Y su juego, que ha ganado en agresividad en Inglaterra, le va a ir como anillo al dedo al Madrid si acaba por hacerse con sus servicios: distribuye con sentido, no se complica la vida, tiene un disparo potente y defiende bien.

No es un mediocentro al estilo Davids o Makelele, sino más bien una mezcla entre Albelda y Baraja: cubre todo el terreno que se le pida y puede iniciar o acabar un ataque. Un especialista, justo lo que pide el once del Madrid. Arsene Wenger admite en privado que va a intentar no hacerle jugar mucho para evitar lesiones ahora que tiene claro que se va. La temporada ha sido extraña: no tuvo vacaciones con la Copa América, ni pretemporada como tal y cuando recupero la forma, se lesionó del pie. Pero ya está listo para dar guerra. Y su tarjeta de visita es de lo más atractiva para el Madrid: brasileño, con pasaporte portugués y que acaba contrato...