Lo que va de un año a otro

Lo que va de un año a otro

Hace un año, en una escena como la que vivimos ayer (la comida de Navidad del Real Madrid con la prensa, un espacio de convivencia siempre grato) Florentino se excedió en su discursito final. Tras alabar el alcance que el Real Madrid había logrado como marca mundial, se atrevió a decir que incluso "los atléticos y los barcelonistas deberían sentirse orgullosos de lo que el Real Madrid representa". El día siguiente, ante las consiguientes reacciones, se dio cuenta de que se había dejado llevar por la euforia del momento, por el ambiente de unas semanas en las que el Madrid se sintió en la cima del mundo. Y ofreció oportunas matizaciones.

Pero es que hace un año aquello parecía, efectivamente, el no va más. Los galácticos se marchaban de vacaciones hablando del triplete. Beckham había hecho un glorioso trimestre, Ronaldo marcaba goles, Zidane hacía maravillas, Figo peleaba por no quedarse atrás, Roberto Carlos llegaba diez veces por partido a la línea de fondo, Raúl seguía siendo un grande, los defectos de orden defensivo se convertían en belleza en las paradas de Casillas y Valdano tenía la mejor frase para cada caso. Pensaba yo en eso ayer, sentado junto a Florentino, en la misma mesa, en el mismo lugar de la mesa, con los mismos contertulios. ¿Qué se hizo de todo aquello?

Me decía Florentino que todo se explica por el estado de ánimo. Que algo se evaporó con la derrota de Montjuïc, ante el Zaragoza, que el grupo aún no ha digerido. ¿Fue para tanto? Ni Queiroz ni Valdano primero, ni las vacaciones de verano, ni Butragueño y Camacho después, ni García Remón ahora, habrían conseguido reactivar el ánimo del grupo. ¿Es eso posible? Y si es así, ¿podrá hacerlo Sacchi? ¿Consistirá sólo en eso? Mi idea es que a varios de los galácticos les ha alcanzado el tiempo. Y que les ha alcanzado el tiempo a tres o cuatro al mismo tiempo. ¿Quién tiene razón? El tiempo, otra vez el tiempo, lo dirá.

Que pasen ustedes feliz Navidad.