La alargada sombra de 'Samu' Etoo

La alargada sombra de 'Samu' Etoo

La vida es cruel en ocasiones. No quiero imaginar cómo se sintió Florentino Pérez el pasado 8 de mayo. Etoo, ese Sidney Poitier que cambia las aulas por el balón de cuero, meneó el Bernabéu como si fuera un cocotero y de sus botas de ébano salieron dos puñales que perforaron el corazón de un madridismo víctima de este rebelde con causa. También es cierto que el camerunés aterrizó en Palma gracias al visto bueno de la directiva de Lorenzo Sanz, matiz necesario porque el pueblo asume erróneamente que esta pantera negra acabó en el feudo de Mateo Alemany sólo por la insensibilidad hacia Samu del actual presidente. Falso.

Me impone mucho respeto la visita de los isleños, por muy colistas que sean (igualados con el Numancia). En lo que va de siglo XXI llevan tres victorias y un empate en Liga, agitando siempre el frasco de las turbulencias. En el 2000 con Luis Aragonés (0-2), dos años después no olvidaré la manita de mi amigo Manzano (1-5) y lo del dramático 8-M (2-3) lo esquivo porque me despierta los fantasmas de aquel final de temporada parecido a una versión modernizada de La matanza de Texas, con Etoo exhibiendo sierra eléctrica cada vez que pisaba el área de Iker. Por eso creo que la maldición llega a su fin. No está él. El ejecutor. El ángel negro. El verdugo. Fin a la pesadilla. Ronie, tu turno.