Míchel, un ejemplo para Torres

Míchel, un ejemplo para Torres

Los más incrédulos se sorprendieron. Algunos se restregaban los ojos. "¡No, no puede ser él! ¿Cómo va a meter Míchel Salgado ese golazo?". Pues sí. Los habituales desenfocados (así denomina con astucia un amigo mío a aquellos que no tienen fe en este Madrid del siglo XXI) desconocen que este gallego, yerno de ex presidente y gladiador vocacional, es un delantero reconvertido que tuvo que recular 50 metros en el campo para hacerse respetar en un terreno de juego. Todos soñamos de niño. Él hubiese querido ser Butragueño o Van Basten. Pero sólo era Míchel (nombre que te dignifica siendo madridista) y en el Celta acabaron dándole galones de mando donde más duele. "Tú, atrás". Si en un aula preguntas a los chavales qué puesto le pedirías al genio de la lámpara si te hiciese futbolista de elite, sólo un 1% respondería: "Yo quiero ser lateral derecho".

Por eso ha llegado la hora de ser generosos y alimentar el espíritu de ONG que poseen todos los madridistas de bien. Recuerdo que Manolete me comentó hace tres semanas tras el famoso derby (0-3, tal y como estaba previsto) que, a pesar de las seis pifias de Torres ante Casillas, "nuestro Fernandito es el más grande y en las próximas semanas meterá cinco goles para cerraros la boca". Al final sólo ha metido uno... y de penalti injusto (estilo Barça). Conste que creo en Torres más que los atléticos, pero recomiendo al chico que observe el vídeo del Numancia-Madrid y contemple cien veces (como en los castigos del cole) la maestría con la que Salgado hace de Ronaldo y define ante Núñez. Si Torres entrenase una vez por semana en Las Rozas con los galácticos metería 25 goles por temporada. Todo se pega. Torres, tienes derecho a ser feliz. ¡Grita libertad!