Zidane de las maravillas, Casillas matriculándose en el vuelo sin motor y Raúl picando como si fuese un escorpión. La grandeza del Madrid no tiene límites. Gracias a su fútbol volcánico y filigranero, la capital organizará los Juegos del año 2012. Los miembros del COI todavía estarán a estas horas pellizcándose. Muchos de ellos no habían visto nunca antes semejante espectáculo. Ni los saltos de Bob Beamon, ni los sprints de Carl Lewis se acercaron a lo que presenciaron en el Bernabéu. Gracias a Luxemburgo el Madrid vuelve a ser el orgullo de una afición que, como los novios enamorados, le estaba esperando con los brazos abiertos.

Me tiembla la mano al escribir del más grande. Zinedine Zidane. ZZ es patrimonio de la Humanidad. Ya sé que se está quedando calvo y que en cada quiebro se deja media espalda, pero el gol que nos regaló ante Kameni pasará a formar parte de esos vídeos para culturetas que en el siglo XXII lograrán que nuestros bisnietos digan: "Hubo una vez un marsellés que hizo del fútbol una obra de arte". Y Raúl, como siempre que está contra las cuerdas, dejó claro que Luxe es también un gran profeta. El Barça, a cuatro puntos. Comprendo el pánico que hay al otro lado del puente aéreo...