Athletic: caso único en el fútbol mundial

Athletic: caso único en el fútbol mundial

Cerca de cinco mil hinchas van a acompañar al Athletic a Viena. Son días felices para el viejo y querido Athletic Club, que de nuevo ha ido reuniendo un buen equipo, siempre con gente de la tierra, siguiendo una política a la que nunca ha sido infiel aunque en algunos momentos el desánimo le haya llevado a pensarlo. Pero esa política es su propia esencia y nada ha demostrado que traicionarla le llevara a mayores glorias sin contraer también mayores riesgos. Hay que recordar que jamás ha visitado la Segunda División, cosa de la que no pueden presumir Valencia o Atlético de Madrid, por ejemplo, y en épocas nada remotas.

Ahora tiene un buen equipo, con unos cuantos jugadores de verdadera importancia y una joya evidente: Yeste. Un futbolista extra, cuyos devaneos capilares quizá nos despisten de su contenido estrictamente futbolístico, que es propio de un superclase. Con él, más un grupo de jugadores muy buenos y otros simplemente buenos, este Athletic remonta marcadores imposibles en San Mamés, sube puestos en la Liga y salta eliminatorias en la UEFA y en la Copa. Tiene feliz a la afición y puede presumir de ese lema que le regaló L'Equipe ("caso único en el fútbol mundial"), porque sigue siendo el club hecho por y para gente de su tierra.

Cuando yo era chaval se decía que "la Copa es una competición cuya final jugaban el Athletic de Bilbao y otro, y que casi siempre la gana el Athletic". Por entonces el verano se anunciaba en Madrid por el desembarco amable de miles de bilbaínos, que bajaban a la capital a disfrutar de su Athletic, entre la simpatía general. Alguna vez perdían, pero regresaban cantando aquello de "Como Iríbar no hay ninguno" y dejaban tras de sí una atmósfera grata de clasicismo y deportividad. Este año sueño con ver otra vez al viejo y querido Athletic en Madrid, en otra final. Sólo lamento que el caso Sabino-Gurpegui me amargue esta feliz visión.