Él quería triunfar en el Bernabéu

Él quería triunfar en el Bernabéu

La noche que Samuel Etoo conquistó el Bernabéu con dos zarpazos que nos hicieron pensar, sólo por un día, que Casillas era humano, todos intuimos que este africano rebelde y lenguaraz era un diamante en bruto. Esos gestos al palco llevaban tanta rabia que hasta Valdano supo descodificarlos con sabiduría: "Lo suyo ha sido un mensaje de acercamiento al Real Madrid". Y así era. Me consta que Etoo apuró sus opciones para ser blanco. No hablo de su color de piel, hablo de su corazón. Se imaginaba jugando al lado de Ronaldo, formando el mejor dúo de ataque de las últimas décadas. Pero Valdano se fue, se creó un vacío con las Elecciones y Florentino no midió la magnitud futbolística de este atleta capaz de hacernos creer que el Barça es mucho más de lo que es.

Ya sé que estaban cubiertas las plazas de extranjeros con Samuel, Roberto y Ronie. Pero el Madrid debió medir su decisión. Al enemigo, ni agua. Etoo es tan bueno que debieron venderlo a Inglaterra o Italia como condición innegociable para dejarle volar en libertad. Vendérselo al Barça fue un error estratégico cuyas consecuencias sólo se sabrán cuando acabe su contrato en el Camp Nou. Ya sé que el Madrid es tan grande que al final puede que ni siquiera la calidad y los goles del camerunés indomable le sirvan al Barcelona para ganar un solo título. Pero al madridismo le duele ver allí a este Ronaldo de 23 años ganando trofeos y dando espectáculo. Jugadorazo.