Recuperando la identidad perdida

Recuperando la identidad perdida

El baloncesto comienza a recuperar el terreno perdido. La fórmula 1 y el balonmano en los últimos meses le dieron un bocado grande al pastel televisivo. Si el espectáculo visto estos días en Zaragoza continúa, auguro que las semifinales y la final le devolverán unos números decentes en el ránking de las audiencias. Deportivamente no ha habido sorpresas. Han ganado los cuatro favoritos, porque, hoy por hoy, el Pamesa está mejor que el Barça. De lo de ayer me quedo con varias cosas, por un lado la gran dirección de Pedro Martínez al frente del Gran Canaria; por otro el partidazo de Calderón, el mejor base de nuestro país y del torneo. Sólo Bennett, si está a tope, puede igualar al uno del Tau.

En el Estudiantes-Real Madrid se volvió a demostrar que, cuando estos equipos se ven en la cancha, se olvidan los favoritismos. Los de Pepu Hernández, inferiores en plantilla, volvieron a demostrar que con casta, ganas y buenos recursos tácticos pueden poner en aprietos al Madrid. Una vez más la inspiración y calidad de Bullock hicieron posible el triunfo blanco, aunque no debemos olvidarnos del partidazo de Felipe Reyes, que ha pegado una patada a la puerta de la titularidad. No hay un favorito claro para las semifinales. Oberto y Tomasevic tendrán que poner bemoles en la pista para poder igualar la fuerza malagueña bajo los tableros. Fran Vázquez, Tabak y Garbajosa forman un trío difícil de superar. Sergio Scariolo seguro que le tiene preparado algo a Igor Rakocevic. Creo que el vencedor de la semifinal Tau-Real Madrid levantará el título. Zaragoza siempre ha dado alas al baloncesto. Y Kevin Magee desde el cielo es el ángel protector de este torneo copero.