Para esto se fichó a Bennett

Para esto se fichó a Bennett

Dos minutos antes de que empezara el Tau Vitoria-Real Madrid, Elmer Bennett abandonaba a la carrera el vestuario madridista rumbo a la pista. Es su ritual. Le gusta estar solo un rato entre esas cuatro paredes y concentrarse así para lo que se le viene encima. Hoy volverá a hacerlo. Y, posiblemente, se tire un poquito más de tiempo; la ocasión lo merece. Recién cumplidos los 35 años, el base estadounidense vive su primera gran cita en el Real Madrid, club que lo fichó para volver a disfrutar de triunfos bañados en champagne. Están a tiro de uno.

Elmer Bennett estuvo entre algodones las últimas semanas por un problema en el tobillo izquierdo, el mismo que le tuvo de baja durante algo más de un mes (¿se acuerdan del estadounidense Troy Bell, aquel relevo temporal ex NBA que llegó para cubrir su ausencia?). Pero ha llegado fino a la Copa del Rey, como aquellos boxeadores a los que no les hace falta sudar en los minutos previos al pesaje. Son pura fibra.

Ayer, el damnificado del talento de Elmer Bennett fue José Manuel Calderón, su sucesor generacional en el Baskonia. Hoy, ante el Unicaja Málaga, será Carlos Cabezas el que tenga que sufrir de cerca a este base de ébano. Pero mucho ojo, el jugador del Unicaja no teme a nadie. Por su culpa, Igor Rakocevic, un francotirador serbio que está luchando por ser el máximo anotador de la Liga ACB, estará viendo la gran final por televisión. Lo secó.