Helguera enseña el camino

Helguera enseña el camino

Lo peor no es parecer un mal equipo de fútbol, lo peor es serlo. Así le va a la triste Juve de Capello. Posiblemente, el inquilino más mediocre, plano y ramplón de esta Champions. El destino la castigo con un golpe bajo, donde más duele. No hizo falta tirar de los galácticos. Perdió con un cabezazo de un defensa que parece un delantero cuando pisa el área enemiga. Don Iván Helguera. Un tipo que se cultivó en la jaula táctica del calcio, pero que necesitó venir al Madrid para sentirse como Santamaría, Pirri o Hierro. Un líder que irrumpe en ataque para clavarle a Buffon, un buen portero sin más, un golazo de cabeza que vale unos cuartos de final de la Copa de Europa. Si el partido de anoche fuese un análisis de sangre, revelaría que la Juve tiene el colesterol alto y que el Madrid está como un toro.

Helguera es cántabro de corazón y cantabrón si le llega el Ibrahimovic de turno intentando humillarle. Supo guardar la línea con serenidad, delimitar su territorio para que Casillas no sufriera demasiados sustos y aparecer, como un águila imperial, al encuentro de esa banana mágica de Beckham (little Cruz, va por ti) para firmar ese 1-0 que se convirtió en el primer gol en jugada que recibe el sobrevalorado Buffon en esta Champions. El triunfo es mínimo, pero su valor es máximo. En 1986 bastó un gol del Buitre ante la Vecchia Signora y casi veinte años después también será suficiente con el valioso tanto de Helguera. Capello es una garantía de éxito porque siempre juega al 0-0. Y eso, ante un Madrid cargado de talento y orgullo, es un suicidio. En Delle Alppi llegará la puntilla. De lo contrario, este invento será una deprimente farsa.