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Fieles al espíritu de Old Trafford

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La experiencia es un valor añadido que nos deja analizar los acontecimientos con un prisma sabio y maduro. Por eso es necesario rescatar de nuestra memoria un episodio que me permite aventurarles una actuación determinante de Ronaldo en el decisivo partido del 9-M en Turín. El 8 de abril de 2003 el Madrid aplastó en el Bernabéu al Manchester de Barthez, Beckham, Verón y Van Nistelrooy (3-1), con una actuación gloriosa de Zidane, Figo y Raúl (dos goles). Mi compañero Juanma Trueba se hinchó a ponerles estrellas, pero a Ronaldo sólo pudo darle una. Lógico. El megacrack estuvo negado, lento, no le salió nada y el Bernabéu lo abucheó con saña. Como ante la Juve hace seis días... Las críticas se cebaron con él, Ronie guardó respetuoso silencio y el 23 de abril se jugó la vuelta en Old Trafford. Mítico escenario. Ronaldo, en una actuación que me hizo llorar de emoción desde la Tribuna de Prensa cuando fue sustituido con 60.000 ingleses en pie aplaudiéndole, mató a los reds devils con un hat-trick memorable. Trueba le puso cuatro estrellas (acertó otra vez) y el Madrid se metió en semis a lo grande.

P or eso recomiendo al madridismo militante que no pierda la fe en su buda feliz. Ya sé que su luna de miel se ha convertido en una luna de hiel y que desde el Día de los Enamorados este equipo va cuesta abajo y sin frenos, por no hablar de la flor marchita de Luxemburgo. Pero Ronaldo es especial y sé que saldrá al rescate. Hace dos años ya fue en Turín como El Cid después de muerto. Casi gana la batalla de Delle Alpi a pesar de jugar cojo. Si Figo llega a meter aquel penalti... No dudemos de nuestros héroes. Enterrarlos ahora es mezquino. R9, siempre fieles.