En 2003, 5-1 al volver de Turín

En 2003, 5-1 al volver de Turín

Lo decía Iván Helguera, un tipo honesto y sensible (nunca olvidaré sus lágrimas sinceras en el párking de Delle Alpi), esta semana: "El Madrid es como un amigo. Hay que ayudarlo cuando las cosas van mal...". Pues tiene toda la razón. Este equipo genera tantos odios y tantas pasiones que es fácil para sus detractores lanzarse a la yugular ante un momento de duda y zozobra. Por eso el madridismo cerrará hoy filas en torno a su equipo. Sólo ellos pueden evaluar los daños sufridos tras los batacazos de Turín y Getafe. Esta entendida afición, exigente como pocas, ya ha demostrado a lo largo de la historia tener un grado de madurez a la altura de la grandeza de la institución. Basta reseñar lo acontecido, también al regreso de Turín, tras la derrota con la Juventus en 2003 (3-1), que dejó al equipo de Del Bosque fuera de la final de la Champions League.

El Málaga, ya es casualidad, fue el visitante en un Bernabéu que sometía a los suyos a un Juicio Público, como tituló AS en su portada del 18 de mayo. Los jugadores se vinieron arriba al ser recibidos con una cálida ovación al saltar al campo. Ellos respondieron a ese perdón con una goleada académica y brillante. El equipo de Peiró se llevó una manita (5-1), con dos goles de Raúl (capitán, sé que pronto volverás a demostrar que te queda fútbol para rato), dos de Morientes y uno de Roberto Carlos. A los 19 minutos ya iban 3-0, con un Málaga aturdido que no entendía nada. Los 67.134 espectadores que poblaban las gradas firmaron la tregua y ahí se sembró la semilla que acabó con la consecución del título. Luego llegó el triunfo en Mestalla (1-2) con una exhibición de Ronie y un 0-4 inolvidable en el Calderón. El Madrid volverá. Siempre fieles.