Hace poco salió a la luz una carta que Pelé hizo pública con este mensaje: "Robinho, quédate". Los más desconfiados llegaron a dudar de su fichaje por el Madrid, dado que O Rei ya fue capaz en su día de renunciar a la aventura europea con tal de engrandecer su leyenda en el Santos. Uno de ellos telefoneó a Florentino: "Presi, no me digas que nos va a fallar Robinho". Una sonrisa cómplice acompañó la respuesta: "Tranquilo, el chico está como loco por venir. Además, es mucho mejor que Ronaldinho...". Todos los que han contemplado los vídeos del chaval en sus últimos compromisos con el club paulista están hipnotizados con su fútbol. Recortes, cambios de ritmo, cabezazos medidos, remates a la escuadra, bicicletas múltiples, taconazos, pases al hueco, internadas por la derecha, por la izquierda, sombreros, caños, controles de pecho, rabonas...

Robinho ya piensa en blanco. Hay un pacto de silencio entre las partes para evitar una reacción furibunda de la torcida del Santos, pero es cierto que Robinho tendrá pronto casa en la capital de España y, además, ha seguido con ansiedad la crisis de su futuro equipo hasta tranquilizarse con la frase que más quería escuchar: "Luxa se queda en Madrid". Un crío de 21 años, por muy bueno que sea, necesita alguien que tenga autoridad moral sobre él para que le blinde y resguarde de la presión brutal que le espera. Su ilusión juvenil derribará el resto de obstáculos. Además, 'Ro' es tan fibroso que no precisará los servicios de la bella Patricia Teixeira, la nutricionista brasileña que ha estilizado la figura de los Luxa boys. Un dato: Míchel Salgado (máquina total), pese a estar de baja tres semanas, ha perdido casi tres kilos. El Madrid se quita lastre. Mejor para todos.