Al chico le dijeron que iba a jugar...

Al chico le dijeron que iba a jugar...

Ya sé que me dirán: "Otra vez el pesado de Roncero defendiendo a Portillo". Tengo mis razones. Trasladémonos a diciembre. El chico estaba cedido en la Fiorentina y Sacchi, que le había seguido en Italia antes de firmar como director de fútbol del Real Madrid, dio informes positivos. Butragueño asintió a favor de la operación rescate. Y, lo más importante, a Florentino le agradaba la idea porque así recuperaba un pavón de primera generación, necesario en un momento en el que la cantera ha esterilizado su producción de forma desesperante. Portillo regresó a casa sin complejos: "No soy ni primero ni cuarto. Vengo para ayudar al equipo...".

Lo decía convencido. No olviden que Morientes cogió un vuelo para Liverpool y que Ronaldo estaba con los preparativos de la no boda (por cierto, Daniela se podía haber estado quietecita, desde que apareció en escena mi Ronie está gafado). Con ese panorama es normal que Portillo imaginase que tendría sus oportunidades. Jugó la primera parte del triste Madrid-Valladolid de Copa y fue el único que chutó a puerta. Luxa le dio cinco minutos en Soria y nada más salir encaró a Núñez, pero éste hizo un paradón evitando el gol. Y poco más. En Turín y Getafe se quedó en la grada. Al chico no le contaron así el cuento. Hoy cumple 23. El número de Beckham. Que la suerte te acompañe...