Casillas, de récord pero sin ruido

Casillas, de récord pero sin ruido

Sigue camino de batir récords. Ayer fue capitán por primera vez en un partido oficial con España y posiblemente disputó uno de los encuentros más tranquilos de su carrera con la Selección. Además, fue generoso y respetuoso, pues en la segunda parte cedió el brazalete a Raúl. Si Hierro bautizó al siete blanco como un Ferrari, estamos ante el R-25 de Fernando Alonso. Casillas, y eso poca gente lo sabe, ayer jugó infiltrado por los problemas en un tobillo. Los doctores y el técnico le preguntaron si podía jugar y él, con ese espíritu ganador que lleva dentro, respondió que por nada del mundo se perdería el partido.

Apenas tuvo trabajo. Lo que le llegó, lo resolvió sin problemas y además la diosa Fortuna, en el disparo de Kezman, volvió a estar a su lado. Cada día tiene más presencia en la portería. Se ve con fuerza moral para gritar a sus centrales y para ordenar a su defensa. Ya no es ese portero tímido que se limitaba a parar y a no hablar. Ayer sumó su sexto partido consecutivo con la Selección sin recibir un gol. Esta a tan solo a 90 minutos de igualar el récord que tiene Zubizarreta, obtenido en el 92. Ha batido a Zamora, batirá a Zubi y será un hombre de leyenda.

Ni el Maracana de Belgrado ni los 50.000 espectadores que gritaban en las gradas le pusieron nervioso. Sigue demostrando que es un témpano de hielo y que lo único que le altera es la salud de su familia. Defender la portería de España le resulta hasta fácil después de ponerse bajo los palos del marco madridista. Si en el Real Madrid tiene ganado el cielo, aquí en la Selección pronto se ganará la gloria.