La salsa del fútbol está en Sevilla

La salsa del fútbol está en Sevilla

Qué sería de Sevilla sin los béticos y los sevillistas. Qué sería de esa ciudad si no hubieran existido Curro y los anticurristas. En Sevilla siempre tiene que haber dualidad: la Esperanza Macarena y la Esperanza de Triana; el Betis y el Sevilla; y así un largo sinfín de comparaciones. A mí estos piques dialécticos me gustan. Son la salsa del fútbol y son necesarios para que este deporte tenga cierta gracia. Sin Lopera nos aburriríamos, sin las cabezas de Del Nido en la Feria no habría morbo, el seven up del presidente nos refresca el derby y ver a Alves de corto nos demuestra que Sevilla es una ciudad abierta.

La Feria, la portada y el escudo del Betis hacen que el derby gane en intensidad, que las tertulias en los cafés suban el tono de voz y que los piques entre las aficiones para buscar los chistes mas graciosos afilen las imaginaciones. Todo vale, siempre y cuando sea con gracia y no incite a la violencia. Al final, unos se reirán de otros, pero solamente será el primer asalto hasta que se vuelva a jugar el siguiente derby. Sin el Betis y sin el Sevilla no habría gracia en este aburrido mundo del fútbol. Ya se nos fueron Mendoza y Jesús Gil, con que, ¡por Dios!, cuidemos a esos poquitos presidentes que siguen teniendo todavía algo de chispa. Yo, por lo menos, estoy harto de mandatarios aburridos.