A determinados políticos nunca los entenderé. Van a lo suyo, pero son además de egoístas, muy ignorantes. Se quejan de que sólo hablamos de fútbol y cuando reclamas su presencia para que intervengan en un debate de actualidad ("El Deporte como Factor de Integración Social"), se inventan cualquier excusa, reunión, charla-conferencia o la firma de cualquier fantasmagórico tratado con no sé que país, para no acudir a la cita. Si a Consuelo Rumí, secretaria de Estado de Emigración e Inmigración, y a sus dos directoras generales Marta Rodríguez-Farduchy y Estrella Rodríguez les hubieran explicado la repercusión de nuestro Foro y, sobre todo, que iban a conocer las inquietudes de Joan Lino, medallista olímpico y campeón de Europa de salto de longitud, se hubieran dado de tortas para acudir a la Fundación Ferrándiz. Nunca aprenderán la lección.

En especial de Javier Martín del Burgo, político que ama el deporte y se preocupa, lucha, defiende y ayuda a todos los deportistas: nacionales o inmigrantes. Por eso, porque el viceconsejero de la Junta de Castilla La Mancha acude a todos los sitios conoce las penurias e ilusiones de aquellos inmigrantes que sueñan con ver a sus hijos jugando con la Selección Española. Y si Consuelo Rumí hubiera venido sabría las trabas que, por ejemplo, pone la Federación Española de Fútbol y su presidente Angel María Villar a los hijos de inmigrantes -es vergonzoso que en algunas Comunidades Autonómas no puedan jugar al fútbol cada domingo- y tomaría medidas; de inmediato. Pero claro si desconoce lo que le ocurrió hace un mes a Joan Lino en el patio de su escalera, cómo vamos a pretender que entienda y comprenda la problemática de nuestros a inmigrantes.