Good Save Lord Sebastian Coe

Good Save Lord Sebastian Coe

Bueno, pues fue para Londres y, no siendo Madrid la elegida, la verdad es que lo prefiero. Antes de la última jornada de este teatrillo que monta el COI, mi inclinación en caso de derrota iba hacia París. Por proximidad. Por toda clase de proximidades. Pero mi simpatía cambió en la sesión de presentaciones de ayer. París hizo un gran vídeo... en el que fardó de París. Es cierto que fardar de París es una tentación irresistible para cualquier parisino, pero no deja de ser un gesto de vanidad poco olímpico. Por su parte, Londres hizo en su presentación un hermoso canto al deporte como inspiración y legado, como valor para cautivar los mejores anhelos de la juventud. Lo hizo en vídeo y lo hizo, sobre todo, en un hermoso discurso de Sebastian Coe, Lord Sebastian Coe, el medallista de no hace tanto, cabeza hoy de la candidatura londinense. Nos cantó un Carros de Fuego.

Me puso la piel de gallina, hasta el punto de que la presentación española, que vino después, tardó en hacerme mella. O quizá es que fue de menos a más. En todo caso también movió a entusiasmo y nos dejó una alta sensación de esperanza. Y eso que en la ronda de preguntas Alberto II de Mónaco, el príncipe hooligan de los palcos de la Champions, se encargó de recordarnos a todos la pedorreta humeante de la ETA hace diez días junto al pretendido estadio olímpico de Madrid. Un gesto feo en quien va a tomar de inmediato responsabilidades de Jefe de Estado. Pero llegó a Singapur como flecha lanzada a última hora (en las vísperas se anunciaba su ausencia) con serio propósito de hacer lo posible por París y se apuntó a preguntar en todos los turnos, incluida la preguntita borde contra nuestra candidatura. Un motivo más para que celebre la victoria de Londres sobre París.

Sepamos perder. Reconozcamos que para ese viejo poblachón manchego que tanto le hizo quejarse a Manuel Azaña (y en el que yo vi la luz por primera vez), ganar esta baza era mucho ganar. Enfrente estaban las ciudades emblema de las cuatro naciones que se repartieron el mundo tras la última gran guerra. Madrid nunca había concurrido a estos fastos. Cayó en la tercera ronda. No está mal. He visto cómo se ha trabajado esto y, francamente, puedo decir que estamos ante una de las ocasiones en que se puede hablar inequívocamente bien de nuestros gobernantes. De todos. Madrid fue tercera en la primera ronda, primera en la segunda y en la tercera se quedó a dos votos de París. De haber pasado con París hubiéramos ganado con los votos de Londres. Derrota digna, por tanto. ¿Y ahora? Ahora lo malo es que muy probablemente los Juegos no volverán a Europa hasta 2020...