Rescato unas palabras de Echávarri en El Mundo Deportivo: "Armstrong es el mejor sólo en el Tour". Respuesta incontestable, que esconde una carga de profundidad, muy del estilo de este viejo zorro del Tour. Su doble sentido de la frase también le puede dar la razón, porque si se ponen en un plato de la balanza los siete Tours y el Mundial de Armstrong, y en el otros los cinco Tours, los dos Giros, el Mundial, los Juegos Olímpicos y el récord mundial de la hora de Indurain -ya no hablemos del palmarés de Merckx- quizá pesen más los éxitos del navarro. Por eso no está mal la apreciación de "el mejor sólo en el Tour". Al menos no ha querido demostrarlo en las demás competiciones. Armstrong es el hombre-Tour por excelencia.

He escuchado también que Armstrong juega con ventaja. Llega al Tour con una preparación específica. Pues como sus rivales. Armstrong se presentó con 14 días de carrera, tras disputar la vuelta a Georgia y la Dauphiné. Heras lo hizo con un solo día más y ya vimos lo que le aguantó. Basso y Ullrich salieron con más días de carrera, 24 y 27 respectivamente, pero corrieron para ponerse en forma, no para competir en ellas. Basso, por ejemplo, hizo el Giro, pero terminó a una hora de Savoldelli. Ganó una crono y una etapa de montaña para probarse y después paró. Y Ullrich, más de lo mismo. Se probó un día en Suiza y punto. Pues que tomen nota. Quizá sea mejor entrenarse en solitario que hacer kilómetros con el pelotón.