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Mikel Recalde

Una Real discreta y sin defensa

Actualizado a

Algunos me acusarán de oportunista, otros de catastrofista, pero les aseguro que el preocupante comienzo de la temporada de la Real no ha sorprendido a ninguno de sus aficionados. Es cierto que ante un Alavés menor el equipo txuri-urdin cuajó un buen partido, serio y afrontado con una actitud respetable, pero los dos varapalos sufridos fuera de Anoeta han puesto de relieve las carencias de una plantilla discreta y descompensada. No hay que ser un sabio para constatar que desde el asombroso subcampeonato obtenido en 2003, la Real se ha ido debilitando hasta convertirse en un serio candidato al descenso incluso antes de comenzar la temporada. Fue Astiazaran el que convirtió en el primer objetivo de Anoeta encontrar cada año a tres equipos peores.

Un análisis rápido del equipo delata que hay portero (Riesgo se convertirá en uno de los mejores), no hay defensas de garantías (ni titulares ni suplentes), no hay un director juego, ni banda izquierda, aunque sí canteranos prometedores que cumplen. El único valor fiable es la pareja Nihat-Kovacevic. Uno entiende que la Real está en crisis económica, pero nadie se explica cómo la solución del director deportivo es el fichaje de dos puntas (Manchev y Quirino). La situación es tan deprimente que cada partido en Anoeta se afronta con angustia. A la Real no le queda otra que hacerse fuerte en casa, morder y lograr que el rival sepa que le esperan dos horas agobiantes. La primera medida para conseguirlo, imprescindible, es la titularidad de Nihat.