Paradójicamente, mientras que 2005 ha sido para el motociclismo español el año más brillante de su historia -los nuestros han ganado la friolera de 10 mundiales- , para la especialidad de velocidad la campaña ha sido escasa en resultados. Las únicas alegrías llegaron de la mano del gigante Dani Pedrosa y de Julián Simón, aunque en su caso lo suyo fue un fugaz chaparrón de verano. Los demás han pasado con más pena que gloria. Pero olvidemos el pasado e ilusionémonos con el futuro. 2006 será de transición a la espera de la entrada de un nuevo reglamento, pero que para los nuestros debe ser el año de la confirmación. En 125, los Faubel, Gadea, Simón y compañía deben demostrar que hay que apostar por ellos. ¿Y Pablo Nieto? Hemos oído ya tantas veces que viene el lobo que cuesta creerlo

En 250cc, la salida de los dos mejores pilotos de 2005 -Pedrosa y Stoner- deja el campo abierto para la lucha por el trono y ahí, los nuestros, especialmente Jorge Lorenzo, tiene que demostrar lo que se le supone: madera de campeón. Estas expectativas se traducirán en una enorme presión a lo largo de todo el año, pero chico, el camino para llegar arriba pasa irremediablemente por ahí. En MotoGP el cambio generacional augura un 2006 cómodo -¿todavía más?- para Valentino Rossi. Se supone que los jóvenes que están llamados a sustituirle necesitan un periodo de adaptación, pero hay dos factores que pueden hacer tambalear las estructuras del dios Rossi: uno sus flirteos con la F-1 y el otro un tal Dani Pedrosa. ¿Alguien se atreve a apostar por la lógica en su caso?... Yo, desde luego que no.