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Tomás Guasch

Una noche de emoción sin fin

Actualizado a

Cien años de emociones es el reclamo del centenario de El Mundo Deportivo, cuyo acto central vivimos anoche en Barcelona, bañados en la nostalgia de los primeros pasos periodísticos de amigos para siempre y el reencuentro con viejos y queridos ídolos con los que recreamos vivencias que nos acompañarán siempre. De camino al auditorio donde el Príncipe se expresó en un magnífico catalán, recordábamos con Alfredo Relaño su primer Barça. Y de pronto aparecieron como salidos de una chistera Olivella, Vergés, Zaldúa, Sadurní, Asensi, e incluso el Brujo Quini, gentes que, aseguran los barcelonistas de más edad, formaron en el mejor Barça de todos los tiempos. También vimos a pericos ilustres, encabezados por Solsona.

D e pronto apareció Bahamontes, más allá Induráin, Arantxa, Ángel Nieto sin la moto, que tampoco trajo Crivillé, y Pelé, la gran estrella invitada en este centenario del periódico decano de la prensa deportiva española, a la que nos dignamos pertenecer. Más allá del reencuentro con los deportistas estuvo el abrazo con compañeros de profesión a los que la locura diaria no permite gozar como uno querría. Entre ellos, Juanjo Castillo, el hijo de El Jefe, el añorado Juan José Castillo, alma mater que fue del periódico durante tantos años. Manuel Tarín y Santi Nolla, los últimos directores del rotativo, y el ejemplar Andrés Astruells, fueron los máximos representantes de este cumpleaños feliz de MD, en el que servidor de ustedes pasó 15 años de su vida. Una película sobre estos 100 años será el colofón de este viaje por el recuerdo desde 1906 a este 2006 de ahora mismo en el convencimiento de que, como dice Fermín Cacho, la vida está hecha de momentos, y éste había que vivirlo.