África, ¿igualdad o enigma?

África, ¿igualdad o enigma?

La XXIV edición de la fiesta del fútbol de selecciones africanas ha pintado una obra de mil y una interpretaciones. Un desconcertante mosaico multicolor. Quizás únicamente la final ha deparado el puntito de lógica que siempre tiene el fútbol: una selección del próximo Mundial, Costa de Marfil, y la anfitriona Egipto, que ya ganó la Copa África en otras cuatro ocasiones. El cuadro muestra el fracaso de las cuatro restantes selecciones que representarán al continente en Alemania: a Túnez, rival de España en la próxima cita mundialista, les apearon en cuartos, fase a la que ni siquiera llegaron Angola y Ghana; Togo ni estrenó puntuación. Decepcionante también el retrato de las otrora mundialistas Camerún, Nigeria y Marruecos.

Podría interpretarse que su nivel futbolístico está cada vez más igualado. Y que de allí saldrán muchos cracks en pocos años. El futuro. De hecho, poco más de dos centenares de futbolistas que acaban de disputar la Copa de África están jugando en ligas europeas; proceden de 16 países africanos. Un dato que avalaría este diagnóstico. Continente de enigmas, el misterio surge si comparamos con la Eurocopa, donde los mejores jugadores y las selecciones más potentes llegan extenuados por el apretado calendario y ya al final de temporada. No ha sido el caso en el torneo africano. En todo caso una obra al más puro estilo mironiano. "Cuando me coloco delante del lienzo, nunca sé lo que voy a hacer; y yo soy el primer sorprendido de lo que sale" (Joan Miró).