Son ya más de tres lustros los que llevo oyendo hablar del despegue de las Superbikes en España. Desde que a comienzos de los 90 probasen fortuna en el otro Mundial Amatriaín, Garriga e incluso Cardús. Es verdad que en Europa, además de en Estados Unidos, Australia e incluso Japón, las SBK disfrutan de tanto o más predicamento que el Mundial de velocidad. Son carreras espectaculares, con pilotos agresivos y experimentados a los mandos de motos de gran interés comercial para las grandes marcas, puesto que se basan en las que venden a sus clientes en los concesionarios.

Sin embargo, esa eclosión nunca se ha producido, ni siquiera con el subcampeonato que conquistó Rubén Xaus. Y puede que ése sea aquí el lastre de las SBK: que no hemos tenido aún un campeón que las acerque al gran público, más allá del seguidor muy especializado. La de 2006 será una nueva oportunidad para finiquitar esta tendencia; el certamen tendrá una televisión que ya sabe lo que es popularizar una categoría del motor y en la parrilla estarán el propio Xaus y Fonsi Nieto con el objetivo de luchar por el título. Si lo consiguen todo cambiar de lo contrario, quizá la historia se repita. Y es que ganar o no ganar, es todo.