El inventor de la bomba atómica

El inventor de la bomba atómica

Cambios? No vamos a inventar ahora la bomba atómica". El anuncio de Hierro en las vísperas no estaba exento de verdad: la bomba ya la inventó él mismo, en su parcela de director deportivo, cuando compuso esta plantilla. Añado, deleznable. Y después, le ha explotado en las manos en su novicia versión de técnico. Agrego: perdiendo los papeles. Porque más que un invento, el fútbol del Málaga fue ayer una involución: una regresión hacia el Mundial de México 70, cuando los jugadores aún no sabían qué era presionar. Así fue el Málaga de ayer, un muñeco de trapo, sin argumentos defensivos (¿coberturas?) y zarandeado por un planteamiento que hipotecó el ataque, demasiado en inferioridad. "Siempre pecaré por exceso, mi fútbol es más ofensivo". Es la máscara de Hierro. Da la impresión de que Tapia no era el culpable. Es sólo una sospecha, no me hagan mucho caso.Porque un técnico personaliza el fracaso. Y más aún un 'manager' como Hierro. Pero por mucho que fiche, por mucho que mueva, nunca podrá controlar la falta de profesionalidad que algunos jugadores mostraron ayer. El Málaga ha tardado casi un lustro en llenar su estadio en Primera y le van a bastar unos meses para vaciarlo. Pero esto es sólo el fruto de una política deportiva de mentira, que ha ido devaluando año tras año a su plantilla. ¿Qué pensaría ayer Asensio en la grada? Hay derrotas que quitan el velo a la realidad. Este Málaga huele a azufre y siete años de historia en Primera están a punto de irse al infierno.