La felicidad es como los relojes

La felicidad es como los relojes

Pasa con la felicidad como con los relojes; que los menos complicados son los que menos se estropean. El del Villarreal no es un reloj fuera de lo común: no es de los más caros o sofisticados, pero este reloj que ha construido Pellegrini se ha parado pocas veces. No parece difícil hacer un reloj "el más tonto hace relojes" dice la sabiduría popular. Pero hay muy pocos que funcionen como éste. Está construido sobre el sentido común, las piezas no se mueven para no entorpecer a las otras y, por supuesto, a ninguna se le ocurriría salir a la esfera, ejercer de aguja y dar la hora. Eso es para Riquelme.

El es el que da las horas, y Forlán los minutos. Gonzalo es el circuito de seguridad, Senna y Josico las pilas que hacen que todo funcione, Sorín pone las ruedecillas que dan movimiento... Para construir una pieza así sólo hay que tener sentido común. Y Pellegrini lo tiene. Sabe que hay piezas que no se pueden tocar o la máquina se para; hay otras que son intercambiables, algunas se desgastan rápido...Y todo esto da como resultado la hora exacta, esa que hoy marca el momento más glorioso de la historia amarilla. ¿La felicidad? No brota de la razón, sino de la imaginación. Atentamente, Román Riquelme.