Como el surfista sobre la ola rebelde

Como el surfista sobre la ola rebelde

Alonso navegó sobre las turbulencias de Melbourne como un surfista sobre la ola rebelde. ¡Qué carrera! Desde el fallo de Fisichella en el arranque hasta que el coche de Button vomitó las iras del infierno por la trasera (ante el propio Fisichella, noticia en la salida y en la llegada) todo fue un continuo sobresalto. Y Alonso escapándose una y otra vez, hasta ser retenido, también una y otra vez, por incidentes en los que nada tenía que ver, pero que le obligaban a ralentizar tras el coche de seguridad y reagrupaban tras él a todos los cirineos, con Raikkonen al frente. Hasta que de nuevo podía dar el tirón y marcharse. Hasta la próxima.

Así que, bien mirado, Alonso no ganó una carrera, sino varias, tantas como veces tuvo que reemprender la escapada. Ganó además, me parece que definitivamente, el pulso ante Fisichella, al que tuvieron que despertar desde el control: "Llevas la misma gasolina que Alonso y estás haciendo dos segundos más por vuelta, ¿qué pasa?" Me sonó a amonestación pública y severa. Yo creo que el equipo ya no va a tener dudas. Y me pareció que Schumacher no va a ser rival. Todo en el equipo Ferrari transmite un tufo de derrota mayor todavía que el del año pasado. ¿Vieron el aire ausente y extraviado con el que el Kaiser se coló en el box de Toyota?

Así que el enemigo va a ser otra vez Raikkonen, supongo. En McLaren preparan nuevas evoluciones y el ansia del finlandés sigue íntegra... para lo bueno y para lo malo. Maximum attack, con lo que eso comporta. Valentía y riesgos, velocidad y estropicios. De nuevo el duro fajador contra el fino estilista, que es el nuestro, Alonso. Un cisne. Las patas se baten debajo del agua con fuerza, pero lo que se ve es un ser bello y elegante que avanza señorial, seguro, relajado. Así conduce Alonso, que suma en tres carreras dos victorias y un segundo puesto. Dobla en puntos a Raikkonen y a Fisichella. Da gusto ser hincha de un tipo así.