Fernando Alonso se ha convertido en el nuevo 'Kaiser' de la F-1. De hecho, el asturiano tiene ya rasgos claros de la personalidad del mejor Michael Schumacher. Tantos, que ayer hasta se atrevió con un salto en el podio. Su gesto de seriedad solemne cuando suena el himno, esa barbilla pronunciada que se pronuncia carrera tras carrera... Hasta sus enemigos le reconocen como el nuevo jefe de la parrilla. En la pista, se muestra como una máquina casi infalible. Vuelta tras vuelta en 1:27. Sin cometer un error. Como hacía el heptacampeón. El alemán parece, mientras tanto, un dios caído. Que comete un error impropio de su talento en su cacería de Button y acaba, rojo de enojo, fuera de carrera. El 248 tiene lagunas que están llevando al hombre con más palmarés de todos los tiempos a la retirada.

Kimi tampoco estuvo exento de cometer errores y estropeó su carrera con un plano en un neumático cuando pasó a Button. Las vibraciones fueron tan grandes que no pudo ser competitivo hasta el último cambio de ruedas, que incluyó la sustitución del morro. Su vuelta rápida en carrera demuestra que el Mundial será de nuevo un duelo a dos bandas. Cuidado con McLaren, sus evoluciones y los cinco puntos menos que separan este año al finlandés del campeón. Al final, 'Nano' se atrevió con otra enigmática celebración, con dos orejas con las manos por encima de la cabeza. Me mojo: imitaba a 'Asno', el burro protagonista de 'Shrek'. Otro guiño infantil de humor a sus amigos. A partir de ahora, me especializaré en este tipo de cine, ahora que mi hija Claudia ya ha nacido.