Un maestro del fútbol profano

Un maestro del fútbol profano

Lucas se bautizó para el fútbol nacional merced a un brillante ascenso con el Decano que le convirtió en el técnico más joven de Primera en la historia, pero hay una trayectoria anterior casi más elocuente. Una historia terrenal de un Alcaraz que tuvo que reinventarse tras fracasar en el Almería y que se marchó defenestrado al Dos Hermanas, un recién ascendido a Segunda B. Allí, olvidado en la entidad sevillana, demostró su buen ojo para fichar a un futbolista despechado por el Xerez, Dani Güiza; para armar un bloque sin lugar a la improvisación, que se movía con automatismo sobre el campo, que actuaba como una máquina. La máquina de Lucas. El Dos Hermanas acabó siendo el equipo revelación, con uno de los tres presupuestos más bajos de Segunda B.

Alcaraz responde al perfil metódico de entrenadores como Juande Ramos, capaces de optimizar al máximo pocos recursos, de vaciar a los jugadores en el campo, garantía para ganar partidos desde la pizarra sin necesidad de encorsetar a sus jugadores en la táctica. Alcaraz nunca ha tenido un mirlo blanco. Se metió en la final de la Copa del Rey con un Recre que acabó descendiendo, subsistió con un Racing de Santander compuesto por retales. Y este Xerez no se hizo para ascender. Está a la espera de un proyecto ganador. Espera al Málaga.