Los empates no llevan a ningún sitio

Los empates no llevan a ningún sitio

En algún sitio escuché que la fortuna favorece a los audaces. Dando por cierta la máxima, entonces me asalta la duda: ¿el hecho de celebrar los empates cuando uno coquetea con el retorno a Segunda División, qué es? Dicho de otra manera, ¿la valentía está reñida con la inteligencia? Porque claro, el Alavés, según su presidente, optaba en agosto a ganar la Liga, y ocho meses después abre el descenso en la jornada 33 tras hacer la goma toda la temporada.

Es evidente que hay que ser ecléctico y guardar los muebles, pero es que ahora las cuentas no le salen a nadie. Y lo que es más importante, los números, de empate a empate, no sirven ni a los jugadores ni a Piterman, que ya se ha dado cuenta de que la victoria ante el Atlético "es importantísima". Pues sí hombre, como hubiera sido la del Athletic, que se presentó en Mendizorroza con tres centrales, o la del Mallorca, que tampoco es que descubriera el tarro de las esencias en Son Moix. O por qué no, la de Osasuna, pero claro, pena de aquel penalti fallado por Aloisi... Dimitry: la de puntuar fuera y ganar en casa ya no se la cree nadie, sobre todo porque las victorias no llegan, ni en Vitoria ni fuera.