Cuando las cosas se hacen bien

Cuando las cosas se hacen bien

Puerta será recordado como el héroe del 26 de abril de 2006, un día Histórico, sí con mayúsculas, para el sevillismo. Pero él sólo fue el ejecutor de algo que se venía preparando desde hace cuatro años, cuando José María del Nido se hizo cargo de la presidencia de la entidad. Desde el 'salto de calidad' al 'sueño continúa', esos eslóganes con los que desde Nervión se empezó a ilusionar a una afición que había celebrado el ascenso a Primera (en tiempos de Roberto Alés) por todo lo alto. Luego fueron llegando la entrada en la Copa de la UEFA, los viajes a San Petersburgo, la marcha roja a Gelsenkirchen y el espectáculo de ayer. No pudo ser en el año del Centenario, pese a los intentos en la UEFA o en la Copa del Rey, pero llegó la hora de disfrutar.

Leía el miércoles pasado, sobre la eliminación del Villarreal, que ésta no había ocurrido por su ausencia de méritos, sino por la necesidad de completar el círculo, de incluir el dolor, sólo así se cierra. Y esa prueba ya se había pasado en el Ramón Sánchez Pizjuán. Osasuna, Real Madrid, Parma (e incluso Betis, me atrevería a añadir) habían hecho cumplir la estación de penitencia necesaria para llegar a tocar la gloria deportiva. Y ayer el Sevillismo, en otra muestra de proyecto consolidado, como el del Villarreal, alcanzó ése resultado tan ansiado. Ayer sí temblaron los cimientos de Nervión, ayer sí hubo salto de calidad. Ahora toca viajar a Eindhoven. Ése es el lugar donde el Sevilla se ha citado con la historia. Cuando las cosas se hacen bien...