Ojo, nos la quieren enchufar

Ojo, nos la quieren enchufar

El ambiente que se respira en la concentración de Ucrania es el de máximo respeto por España, a la que pública y gustosamente han otorgado la etiqueta de favorita. Pero eso no es lo que yo leo en los ojos de Blokhin, ni en los de Shevchenko, ni en los de Rebrov. Veo todo lo contrario. Veo que nos la quieren enchufar. Su lengua es cortés, pero sus ojos están afilados. Y en este caso me creo más lo que veo que lo que escucho. Los ucranianos tratan de enviar un mensaje sutil de que lo bueno para todos, ellos y nosotros, sería un empate en el primer partido. Pero mientras tanto aceleran para recuperar a Shevchenko, su gran baza, y ensayan con un sistema 4-4-2 diseñado estrictamente para jugar al contraataque.

En los entrenamientos se observa que Blokhin tiene una fijación especial con la velocidad. Las órdenes al portero titular, Shovkovskiy, son concluyentes: debe sacar rápido y en largo para evitar que el balón se dispute en el centro del campo y caiga en la zona donde puedan llegar Vorobey, Voronin y el propio Shevchenko, tres cohetes. Esa renuncia a que el balón transite por el centro parece esconder un deseo de llegar rápido a la portería rival, la nuestra, y esa no parece la mejor forma de ir a por el empate.