Suecia y el fantasma de Al-Ghandour

Suecia y el fantasma de Al-Ghandour

Lagerback no se ha hecho el sueco, sino que ha constatado que jugar los octavos de final contra el país anfitrión, en su caso Alemania, no es una bicoca. Los españoles tenemos experiencia en esto. En el Mundial 2002 nos tocó con Corea en cuartos y el egipcio, y nunca mejor dicho, Al-Ghandour, nos mandó para casa de mala manera. El gol que nos guindó no saldrá nunca de nuestras memorias, ni la cara de incredulidad que se le quedó a Helguera. El marrón de pitar el Alemania-Suecia le ha tocado a un periodista, vaya por Dios. El colega brasileño Carlos Simon ha sido el árbitro elegido por la FIFA.

Porque el Mundial entra justo en esa fase en la que el error de un árbitro o de un juez de línea te cuesta la eliminación. Y eso sería fatal para Alemania, un país que se ha volcado con el Mundial. Las audiencias en televisión superan los 20 millones de telespectadores, no queda una sola entrada disponible para los partidos de octavos, la gente se echa a la calle por cientos de miles cada vez que gana su equipo y hasta Angela Merkel se ha atrevido a sugerir la renovación de Klinsmann, asunto en el que ya trabaja el presidente de la DBF, Theo Zwanziger.