Argentina, en una silla de ruedas

Argentina, en una silla de ruedas

La FIFA ha dispuesto que cada uno de los equipos clasificados para los cuartos de final disponga del ocho por ciento del aforo donde se van a disputar los partidos. Esto, claro, a lo mejor es bastante para los ucranianos, pero resulta insuficiente para equipos como Argentina, capaces de movilizar una nación en torno a su selección. Así las cosas, la gente se busca la vida. Y sabido es que los argentinos están acostumbrados a ventilárselas en las condiciones más duras. Y en este Mundial no podía ser de otra manera...

Fue en Leipzig, en el partido de octavos de final entre Argentina y México. Dos seguidores de la albiceleste llegaron hasta el Zentralstadion sin entradas, y no se les ocurrió mejor idea que hacerse con un par de sillas de ruedas, colarse en la fila de los inválidos y entrar al campo. Lograron su objetivo, pero una vez allí no controlaron sus impulsos. Cuando Maxi Rodríguez marcó el gol en la prórroga, uno de ellos saltó de la silla y se puso a dar brincos como un loco. ¿Milagro?, se preguntaban los Polizei. No, simplemente Nueve Reinas. Esa alegría les costó la expulsión del estadio. Pero entonces ya les daba igual.