1. El balance ya es positivo para el ciclismo español. Tras las bajas de dos equipos enteros y de Valverde, con la participación que nos había quedado, ya hubiera firmado yo si me dicen que íbamos a ganar tres etapas y un español iba a vestir el maillot amarillo. Y más que podíamos llevar, porque Freire regaló anteayer la etapa y el mismo Óscar Pereiro pudo ganarla ayer. Porque él no se la regaló al alemán Jens Voigt.

2. Y a Pereiro se le ha quedado una opción muy buena para subirse al podio. Hay que ser cautos, porque quedan las tres etapas más duras y al gallego no se le ha visto la misma fortaleza del Tour anterior o, al menos, falló el día de los Pirineos. Pero ha preparado a conciencia el Tour, mañana tiene un día de descanso para recuperar y tampoco hay muchos ciclistas de su calidad en esta edición.

3.Ha sido bochornosa la actitud en esta etapa de equipos como el Phonak, Rabobank, Davitamon y CSC. A nosotros nos ha venido bien que Pereiro se haya metido en la lucha por la general, pero estos equipos no lo debían haber permitido. Incluso aunque el CSC se haya llevado la etapa, no entiendo que, teniendo a Sastre luchando por el podio, den este regalo.

4.Pero todo es raro en este Tour. Por ejemplo, es muy curioso el rendimiento del Dicovery. Prácticamente han traído el mismo equipo que el año pasado, sin Arm­strong, naturalmente. Y si en el anterior Tour todos y cada uno eran verdaderas locomotoras, en éste no marchan ni el cincuenta por ciento. El caso es que al pelotón del Tour le falta un equipo que domine y por eso están pasando cosas tan extrañas.