Valentino, el gran depredador

Valentino, el gran depredador

No vi la F-1, porque nunca la veo, pero seguro que estuvo igualita de emocionante que el GP de Alemania, seguro. ¡Vaya exhibición nos regalaron los pilotos de MotoGP! Valentino Rossi se jugaba el pasado domingo su ser o no ser y, como era de esperar, ha sido en el momento que más le apretaba el zapato cuando ha sacado a relucir de qué pasta está hecho. ¡Qué gran campeón tiene el motociclismo! En nuestro viaje de vuelta a casa, Mela y yo veníamos precisamente comentando esto, que Rossi no es un campeón de palo, no es de mentira. Tal y como le veis cuando se baja de la moto, así es Valentino Rossi. Abierto, divertido, sincero en sus gestos y sus expresiones, comparte su felicidad con el que quiera hacerlo. Se ve que hace lo que más le gusta hacer en el mundo, montar en moto.

Seguro que a los demás pilotos del Mundial les pasa lo mismo, pero ninguno sabe transmitirlo como él. Otros, ni siquiera quieren compartir. Como dice alguno por ahí, les importa un bledo la gente. A Rossi sí le importa, y por eso tiene el carisma que tiene, por eso la gente le quiere. Pero ojo, que sea carismático y auténtico no quiere decir que sea una hermanita de la caridad. Porque Valentino es, como todos los que llegan a la cima en cualquier actividad, un verdadero depredador. Ya en Alemania, Valentino mandó una advertencia a quien se ha convertido ahora en su nueva obsesión, Hayden: "El año pasado fui a Laguna Seca y sólo pude ser tercero; este año no voy para hacer tercero". Y es que ganarle al americano en su casa, delante de su familia, es en estos momentos lo que más quiere Rossi.