La Vuelta a España de este año va a resultar ser todo un éxito deportivo. Ya no va a haber ninguna duda en torno a la limpieza de los corredores, porque espero que se hayan acabado todas las implicaciones con la Operación Puerto. Además, tenemos el ejemplo de la seriedad del Tour. A los directores de la Vuelta tampoco les tiene que temblar el puso a la hora de acabar con los tramposos, como ya demostraron la pasada edición cuando descalificaron a Roberto Heras. Lo que tiene que hacer la Unión Ciclista Internacional (UCI) es defender de una vez por todas los intereses de su deporte. No es posible que todavía no haya una resolución firme en torno al equipo Astaná y corredores como Vinokourov no sepan si van a tomar la salida el día 26.

Lo que sí es seguro es que el espectáculo estará presente en todas las carreteras por las que pase la ronda española. Los ciclistas participantes tienen una calidad fuera de toda duda. Las revelaciones de este Tour, Óscar Pereiro y Carlos Sastre, prometen mucha batalla, al igual que el ruso de Rabobank Denis Menchov, vigente campeón. Al que mejor veo de cara a ganar la general es a Alejandro Valverde. El murciano será el rival en el que los demás deberán fijarse porque no llega muy castigado a la cita, está preparando la carrera con todo detalle y tiene una clase indudable. Por último quiero referirme a Óscar Freire. El cántabro es un auténtico campeón. Su concurso y el de los anteriores corredores hacen que la Vuelta tenga un caché inmejorable.