Phonak, otro que se va

Phonak, otro que se va

Phonak deja el ciclismo, como en estos últimos años lo han ido haciendo otros grandes patrocinadores: Mapei, por poner el ejemplo del que fuera quizá el mejor equipo del mundo, Liberty recientemente o el mismo Comunitat Valenciana, cuyas horas ya están contadas. Marcas que no pueden soportar estar asociadas al escándalo. Marcas que de mala gana aguantan el primer golpe, pero no un segundo. El Liberty sobrevivió, aunque a duras penas, el golpe de Heras, pero no el de la Operación Puerto; Phonak, los positivos en cadena del año pasado, pero no el del ganador del Tour; el Comunitat, el caso Manzano pero también se derrumbó en la Operación Puerto, tras haberse puesto la soga al cuello al mantener con obstinación a Belda.

Los profesionales del ciclismo han de darse cuenta de que su convivencia con el dopaje les lleva a su desaparición. Si los patrocinadores van desapareciendo llegará el día en que no quede ninguno. Ya hoy en día son muy reticentes y si entran es a través de contactos personales. Hubo un tiempo en que se achacó a las exigencias de las marcas comerciales la necesidad de obtener buenos resultados para mantener el patrocinio. Este pudo ser uno de los orígenes del considerado dopaje de equipo. Pero ahora no serán las marcas quienes ensucien el ciclismo, pues igual que llegan se van. Más bien lo ensucian quienes sobreviven todas las crisis. Hasta que llegue un patrocinador y diga "con este director no pongo un duro".