La ambición sin límites del Barça

La ambición sin límites del Barça

La ambición tiene un límite: el éxito. El Barça tocó ese límite el año pasado cuando se hizo con la Liga y la Copa de Europa. Era la gran preocupación de Rijkaard: la pérdida de ambición y con ella, la falta de humildad. Justo lo que le pasó hace ya unos años a su rival más galáctico. La ambición es la consecuencia directa de la humildad y de la voluntad. Pero el Barça ha tenido la gran suerte de que sus mejores jugadores personificaron el fracaso con sus selecciones en el Mundial.

Márquez, Messi, Ronaldinho, Xavi y Puyol no se divirtieron con sus selecciones. Incluso el goleador Giuly ha vuelto con ganas de jugar a fútbol y, sobre todo, a ganar. Por eso el trabajo de Rikjaard se ha limitado a ponerlos a jugar juntos. Acaso la mejor forma de divertirse que tienen. Son los mismos jugadores pero llegan cansados de no ganar, justo al revés de cuando se fueron. Por eso esta Supercopa es el primer divertimento y la sonrisa, por lo visto ayer, no la van a perder en todo el año. También la lección de humildad que Rijkaard imparte desde el primer día tendrá mucha culpa de lo que este equipo consiga. Ahora la ambición tiene otro límite: las seis copas deseadas. La primera Supercopa está en camino.