Una medalla de bronce que a mí me sabe casi a oro, pues la verdad, a un kilómetro de la meta no veía que Valverde pudiera tener opción alguna al podio en un sprint en el que iban a entrar McEwen, Boonen, Zabel, O'Grady y tantos y tantos otros. No espraba nada cuando a 700 metros de meta Samuel Sánchez realizó esa arrancada tan explosiva, rompió el pelotón y dejó con un palmo de narices a los velocistas. Lástima que a Samuel y Valverde se le pegaran tan malos clientes. Yo no pienso que haya sido tan importante que Alejandro haya utilizado el diente del 11 en lugar del 12. Bettini y Zabel son más rápidos que él y punto. A Freire seguramente no le habrían superado. Pero esta medalla hay que valorarla, tiene mucho mérito, sobre todo por la actitud de equipo que siempre muestra la Selección de ciclismo. Esta vez ha sido Samuel el que se ha sacrificado por Valverde. Se habló mucho de la unión en la Selección de baloncesto que ganó el Mundial, pero en la de ciclismo aún es mayor el espíritu de equipo.

Yno sabe tan mal perder el oro cuando el que se lo llevó no fue un aprovechado. El italiano Bettini hizo más méritos que nadiea para llevarse el Mundial. Se escapó en la penúltima vuelta con el alemán Wegmann, le pillaron y, siempre en el repecho, volvió a saltar en el último giro, esta vez solo. También le cogieron, pero luego anduvo listo para ver el ataque de los españoles, cogerles rueda y ganar. ­Bettini llevaba mucho tiempo luchando por este triunfo y se lo ha ganado a pulso.